Monday, November 07, 2011

Todo para atrás...

Después de tiempo, inserté una moneda en un teléfono público. Se sintió tan raro; porque tenía miendo de que se comiera mi moneda -lo cual sucedió- o que no supiera cómo funcionara. Lo admito, no es que se aculpa de la cultura del teléfono móvil, es culpa de mi cultura del teléfono móvil.

Desde hace siete años, he gozado de telefonía ilimitada gratuita, tanto para llamadas como para mensajes de texto a cualquier celular. Los 20 minutos que luego se volvieron 40 minutos, eran demasiado, salvo algunas excepciones. Pero, incluso, para estos casos excepcionales contaba con los mensajes ilimitados; y no había nada que un "llámame" insistente no podía lograr.

Pero ahora no hay nada de eso. Ni línea telefónica tengo. No es que no tenga saldo, es que no tengo celular. Entonces, ni llamo ni me pueden llamar. Por eso busqué el teléfono público, para llamar a casa para pedir que no me cierren la puerta.

Ayer pregunté por los planes telefónicos para móviles, pues soy consciente de que en esta época uno ya no puede darse el lujo de vivir sin estos benditos aparatos. Pero los costos son altos para una persona que no cuenta con sueldo fijo, que tiene que reducir sus gastos al mínimo. Así que un plan de RPC ha quedado descartado, porque si yo no cuento con un ingreso fijo, ¿por qué la compañía de teléfonos lo tendría respecto a mí?

Viviré del teléfono público (recordando el rin) y tendré una línea para que puedan llamarme y dependiendo de mis ingresos mensuales y las deudas fijas que ya asumí por considerarlas más importantes (entiéndase, el seguro de salud), compraré tarjeta con minutos y mensajes.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home